Supernovas y extinciones masivas: ¿Una explosión estelar acabó con la vida en la Tierra?

La extinción de los dinosaurios, causada por el impacto de un asteroide en la Península de Yucatán hace 66 millones de años, es quizás el evento de extinción masiva más conocido. Sin embargo, nuestro planeta ha experimentado al menos cinco extinciones masivas en los últimos 500 millones de años. Lo sorprendente es que no todas fueron provocadas por asteroides. Una nueva investigación sugiere que algunas de estas extinciones, específicamente las ocurridas hace 372 y 445 millones de años, podrían haber sido desencadenadas por la explosión de estrellas lejanas, conocidas como supernovas. Este descubrimiento nos invita a reconsiderar la influencia del cosmos en la historia de la vida en la Tierra y a explorar los mecanismos por los cuales eventos astronómicos pueden alterar drásticamente nuestro planeta. Profundicemos en esta fascinante teoría y descubramos cómo las supernovas podrían haber provocado edades de hielo y extinguido especies marinas.

Supernovas y las Extinciones Masivas: Una Conexión Cósmica

Un estudio reciente, basado en un censo estelar de la Vía Láctea, plantea la hipótesis de que dos extinciones masivas prehistóricas podrían haber sido causadas por la muerte explosiva de estrellas a años luz de distancia. Nick Wright, astrofísico de la Universidad de Keele, subraya que la cercanía de una supernova podría tener consecuencias devastadoras para la vida en la Tierra, sugiriendo que este escenario podría haber ocurrido en el pasado.

Las Extinciones del Ordovícico y Devónico: ¿Culpa de las Supernovas?

Las extinciones del Ordovícico (hace 445 millones de años) y del Devónico tardío (hace 372 millones de años) son eventos que eliminaron aproximadamente el 60% de las especies marinas invertebradas y el 70% de todas las criaturas, respectivamente. Aunque las causas exactas de estas extinciones han sido objeto de debate, la nueva investigación propone que las supernovas podrían haber jugado un papel crucial. Se sospecha que estas extinciones estuvieron precedidas por daños en la capa de ozono, y las supernovas podrían haber desencadenado estos cambios catastróficos en la atmósfera terrestre.

El Impacto de las Supernovas en la Capa de Ozono

La radiación emitida por una supernova cercana, definida como una explosión a unos 65 años luz de distancia, podría haber destruido la capa de ozono. La ausencia de esta capa protectora expondría la Tierra a niveles peligrosos de radiación ultravioleta solar y provocaría lluvia ácida. La frecuencia de supernovas cercanas a la Tierra coincide con el momento de ambas extinciones masivas, fortaleciendo la hipótesis de la conexión.

El Censo de Estrellas OB y la Tasa de Supernovas

El estudio se basa en un censo de aproximadamente 25,000 estrellas “OB” (estrellas masivas y muy calientes) ubicadas a 3,260 años luz del Sol. Estas estrellas tienen temperaturas superficiales al menos dos veces superiores a las del Sol. El censo permite a los científicos calcular la frecuencia de supernovas en la región local de la galaxia y en toda la Vía Láctea. Los cálculos indican que aproximadamente una supernova ocurre cada 400 millones de años lo suficientemente cerca de la Tierra como para afectar su atmósfera.

  • Estrellas OB: Estrellas masivas y muy calientes.
  • Vía Láctea: Galaxia espiral donde se encuentra nuestro Sistema Solar.
  • Capa de Ozono: Capa protectora de la atmósfera que absorbe la radiación UV.

Antares y Betelgeuse: ¿Futuras Supernovas?

Antares y Betelgeuse son dos estrellas cercanas que podrían convertirse en supernovas en el próximo millón de años. Sin embargo, ambas estrellas se encuentran a más de 500 años luz de distancia, lo suficientemente lejos como para no desencadenar una nueva edad de hielo en la Tierra. Es crucial entender que una supernova es la explosión estelar más grande y brillante observada por los científicos en el universo, marcando la muerte cataclísmica de una estrella y su transformación en un agujero negro o una estrella de neutrones.

Estas explosiones cósmicas actúan como fábricas de elementos, creando elementos esenciales como el carbono, el calcio y el hierro, fundamentales para la vida. Como dijo el astrónomo Carl Sagan, estamos hechos de “polvo de estrellas”, ya que las sustancias que componen nuestros cuerpos se forjaron en el núcleo de las estrellas y se dispersaron por el cosmos durante su muerte. Es una paradoja que las supernovas puedan ser tanto creadoras como destructoras de vida.

Alexis Quintana, autor principal del estudio, señala que las explosiones de supernovas introducen elementos químicos pesados en el medio interestelar, que luego se utilizan para formar nuevas estrellas y planetas. Sin embargo, si un planeta, incluida la Tierra, está demasiado cerca de este tipo de evento, las consecuencias pueden ser devastadoras. Los fósiles de braquiópodos, como el *Floweria chemungensis*, que se extinguió durante el Devónico tardío, son un recordatorio de los eventos de extinción masiva que han moldeado la vida en la Tierra. La NASA ha sido fundamental en el estudio de estos fenómenos cósmicos.

El legado de Carl Sagan: Somos polvo de estrellas

Carl Sagan una vez dijo: “Estamos hechos de polvo de estrellas”, reflejando la idea de que los elementos que componen nuestros cuerpos se originaron en el interior de las estrellas. Este concepto resuena fuertemente al considerar el papel de las supernovas, que no solo destruyen sino también crean, esparciendo los elementos esenciales para la vida a través del universo.

En resumen, la teoría de que las supernovas pudieron haber provocado extinciones masivas en la Tierra nos abre una ventana fascinante a la interconexión entre la vida en nuestro planeta y los eventos cósmicos. Aunque el impacto de un asteroide es una causa probada de extinción, como en el caso de los dinosaurios, la posibilidad de que las supernovas hayan jugado un papel importante en otras extinciones, como las del Ordovícico y Devónico, nos invita a reconsiderar nuestra comprensión de la historia de la vida en la Tierra y nuestra relación con el universo. Futuras investigaciones y censos estelares podrían proporcionar más evidencia para respaldar esta intrigante hipótesis, revelando así el papel crucial de las supernovas en el ciclo de creación y destrucción cósmica.