Leo XIV y la IA: El Papa que busca proteger la dignidad humana en la nueva revolución industrial

La elección del nombre de un nuevo Papa siempre está cargada de simbolismo. Representa los valores que desea encarnar y el reconocimiento de los desafíos más apremiantes que enfrenta la Iglesia Católica. En esta ocasión, la elección de Leo XIV resuena con especial fuerza, particularmente en el contexto de la rápida evolución de la inteligencia artificial (IA). Al adoptar este nombre, el nuevo Papa establece un paralelismo con León XIII, quien lideró la Iglesia durante la Revolución Industrial. Este artículo explorará las razones detrás de esta significativa elección y cómo refleja la preocupación del Papa Leo XIV por las implicaciones sociales y éticas de la IA.

Leo XIV: Un nombre con resonancia histórica en la era de la Inteligencia Artificial

La decisión del Papa Robert Francis Prevost de tomar el nombre de Leo XIV evoca la figura de León XIII (1810-1903). Este último pontífice abordó las profundas transformaciones sociales provocadas por la Revolución Industrial. Leo XIV percibe la expansión de la IA como un momento similar de cambio societal radical. En su discurso al Colegio Cardenalicio, Leo XIV explicó su elección, trazando un paralelo explícito entre estas dos épocas trascendentales.

La encíclica Rerum Novarum y el desafío de la IA

El Papa León XIII es recordado por su encíclica Rerum Novarum, un documento histórico que abordó la “cuestión social” en el contexto de la primera gran revolución industrial. En ella, se analizaban las desigualdades sociales y los derechos laborales, con énfasis en el equilibrio entre los derechos y deberes del capital y el trabajo. Leo XIV busca continuar este legado, ofreciendo la doctrina social de la Iglesia como guía ante los retos planteados por la IA. Considera que la Iglesia debe responder a esta nueva revolución industrial con la misma sabiduría y compasión, defendiendo la dignidad humana, la justicia y los derechos laborales.

Impacto de la IA en el mercado laboral

La sociedad moderna ya está experimentando los efectos de la IA, incluyendo la sustitución de puestos de trabajo y la explotación de anotadores de datos (data labelers). Según el informe del Foro Económico Mundial de 2025, un porcentaje significativo de empresas planea reducir su plantilla mediante la automatización impulsada por la IA. La Organización Internacional del Trabajo también ha puesto de relieve la existencia de un “trabajo invisible” en el desarrollo de la IA, caracterizado por bajos salarios y escasas protecciones laborales. Esta realidad exige una reflexión profunda sobre la necesidad de garantizar un futuro del trabajo justo y equitativo en la era de la IA.

Preocupaciones éticas sobre la Inteligencia Artificial

La Iglesia Católica ya ha expresado su opinión sobre las consecuencias de la IA. El Papa Francisco, predecesor de Leo XIV, advirtió sobre el riesgo de “distorsión de la realidad” a través de narrativas falsas difundidas por la IA. También reflexionó sobre la posibilidad de que la tecnología reemplace la interacción humana genuina. Estas advertencias subrayan la importancia de un desarrollo responsable de la IA, que priorice el bienestar humano y evite la propagación de desinformación y la erosión de las relaciones interpersonales.

En resumen, la elección del nombre Leo XIV por el nuevo Papa no es casual. Se trata de un acto simbólico que busca establecer un puente entre el pasado y el presente, entre la Revolución Industrial y la era de la Inteligencia Artificial. Leo XIV reconoce los desafíos éticos y sociales que plantea la IA y se compromete a guiar a la Iglesia y al mundo en la búsqueda de un futuro donde la tecnología sirva al bien común y proteja la dignidad humana. La referencia a León XIII y su encíclica Rerum Novarum señala un camino para abordar las desigualdades y los problemas laborales que surgen con la automatización, promoviendo un equilibrio justo entre el capital y el trabajo en esta nueva era. El liderazgo de Leo XIV será crucial para navegar las complejidades de la IA y asegurar que su desarrollo beneficie a toda la humanidad.