Invertir en “vicios”: ¿Oportunidad oculta o riesgo inaceptable para los inversores?

¿Qué pasaría si los inversores dejaran de lado la prudencia social en busca de ganancias? Esta fue la pregunta que el inversor y asesor de impacto Christian Tooley, [https://www.linkedin.com/in/christiantooley/?originalSubdomain=uk] planteó al público en el SXSW London. Tooley se centró en las “cláusulas de vicio”, restricciones impuestas por los socios comanditarios (Limited Partners o LPs) a las empresas de capital de riesgo para proteger sus inversiones. Estas cláusulas suelen excluir sectores como el sexo, las sustancias psicoactivas, el juego y el tabaco, motivadas por el deseo de evitar controversias y posibles daños. Sin embargo, Tooley argumenta que esta aversión priva a los inversores de oportunidades de innovación y rentabilidad significativas, especialmente en los ámbitos del sexo y las sustancias. A continuación, exploraremos las razones detrás de esta postura y las posibles recompensas de desafiar el statu quo en el mundo de la inversión.

¿Por qué evitar los “vicios”? La postura tradicional de la inversión

Grandes inversores institucionales, como fondos de dotación y fondos de pensiones, tradicionalmente evitan invertir en industrias consideradas “vicios” debido a preocupaciones sobre la incertidumbre legal y el daño a la reputación. La estigmatización social de estos temas, aunque las empresas puedan estar generando beneficios sociales y para la salud, es un factor importante. Por ejemplo, la legalidad del cannabis varía según el estado, creando incertidumbres regulatorias y fiscales. Del mismo modo, la preocupación por contenido inapropiado en plataformas como OnlyFans, ha disuadido a muchos inversores. Esta aversión al riesgo y la búsqueda de estabilidad a largo plazo definen la postura tradicional.

El potencial inexplorado de los “vicios”: innovación y rentabilidad

Christian Tooley argumenta que las restricciones impuestas por las cláusulas de vicio llevan a los inversores a perderse innovaciones importantes y potenciales retornos. Él cree que el mercado de la tecnología sexual (sex tech), que se espera alcance casi los 200 mil millones de dólares en 2032, es un ejemplo de un sector con un gran potencial subestimado. Sectores como el de las sustancias, incluyendo la investigación y el desarrollo en el campo de los psicodélicos, también ofrecen un retorno de la inversión (ROI) significativo, tanto en términos financieros como en términos de impacto social y cultural.

Vice Ventures: Un ejemplo de inversión audaz

Existen inversores especializados, como Vice Ventures, que buscan activamente respaldar empresas en los sectores considerados “vicios”. Estas firmas demuestran que es posible encontrar oportunidades lucrativas y generar un impacto positivo al mismo tiempo. Al invertir en empresas que desafían el statu quo, estos inversores no solo buscan ganancias financieras, sino también la posibilidad de impulsar la innovación y abordar problemas sociales importantes. Para Tooley, invertir en áreas como la mejora de la salud sexual, las terapias psicodélicas con matices culturales y el biohacking relevante para cuerpos queer y trans puede llevar a un mundo mejor.

Oportunidades para inversores más pequeños y fondos progresistas

La menor competencia de los fondos institucionales en el sector de los “vicios” crea una excelente oportunidad para LPs más pequeños, family offices y fondos progresistas. Estos inversores pueden ser más ágiles y estar más dispuestos a asumir riesgos en sectores que los inversores tradicionales consideran tabú. Al centrarse en la innovación y el potencial de retorno, en lugar de la controversia percibida, estos inversores pueden obtener ventajas significativas. Tooley subraya la importancia de abordar el estigma que rodea la inversión en áreas que podrían ser beneficiosas pero actualmente se evitan. El pasado demuestra que temas como la menstruación, antes tabú, ahora son objeto de inversión y desarrollo con empresas como Flo [https://flo.health/], Femble y WomanLog.

Conclusión: Un llamado a desafiar el ‘statu quo’

Christian Tooley nos invita a reflexionar sobre las restricciones autoimpuestas en el mundo de la inversión. Al evitar los sectores considerados “vicios”, los inversores pueden estar perdiendo oportunidades de innovación y rentabilidad significativas. Superar el estigma social y legal asociado a estos sectores requiere una mentalidad abierta y la voluntad de desafiar el statu quo. Para inversores más pequeños y fondos progresistas, esta puede ser una vía para generar retornos sustanciales y, al mismo tiempo, impulsar el cambio social. En definitiva, Tooley nos insta a no solo ser tolerantes con el riesgo, sino a sentirnos profundamente incómodos con un sistema que deja pasar valiosas oportunidades por temor a la controversia.