En un mundo cada vez más dominado por la tecnología y las incertidumbres políticas, una tendencia estética inesperada ha resurgido: el castlecore. Este movimiento, que fusiona elementos medievales como la cota de malla y la arquitectura de piedra con comodidades modernas, está capturando la imaginación de las nuevas generaciones. Pero, ¿es simplemente una moda pasajera, o refleja algo más profundo sobre nuestra sociedad? En este artículo, exploraremos el auge del castlecore, examinando su presencia en la moda, el diseño y las redes sociales, así como su posible conexión con conceptos como el tecnofeudalismo y el neo-medievalismo. Analizaremos cómo esta estética, aparentemente nostálgica, podría ser una respuesta a las ansiedades y desafíos del siglo XXI, un intento de encontrar refugio en un pasado idealizado frente a un futuro incierto.
El Ascenso del Castlecore: ¿Una Nueva Edad Media?
El castlecore, también conocido como “medieval moderno” o “futuro medieval”, se ha establecido como una de las tendencias estéticas dominantes en este año. Esta tendencia de diseño influye en la tipografía, la moda y el diseño del hogar, combinando elementos medievales como la cota de malla y la arquitectura en piedra con comodidades contemporáneas como el aire acondicionado. El resurgimiento del castlecore ha sido gradual, con momentos destacados como la aparición de Zendaya en la Met Gala de 2018, luciendo una armadura inspirada en Juana de Arco. Un ejemplo reciente y notable es la actuación de Chappell Roan en los MTV VMAs con su espectáculo “Roan of Arc”, donde incorporó visuales de inspiración medieval.
La Influencia del Castlecore en Redes Sociales y Plataformas Digitales
Las redes sociales como TikTok e Instagram están repletas de tutoriales DIY sobre cómo crear cota de malla, desde tops y capuchas hasta accesorios. Según Pinterest, lo “medieval” está teniendo un momento importante, con un aumento significativo en las búsquedas de términos relacionados como “anillos antiguos de rubí”, “planos de casas castillo”, “collares de cota de malla” y “medieval core”. En su informe anual de tendencias, la plataforma destaca que la Generación Z y los Millennials se inspirarán en los castillos antiguos para la decoración del hogar en 2025, mientras que la moda y los accesorios se inspirarán en el estilo gótico.
Technofeudalismo, Neo-Medievalismo y la Realidad Política Actual
A primera vista, esta tendencia puede parecer solo una fascinación por los objetos brillantes. Sin embargo, su auge coincide con la creciente discusión sobre el tecnofeudalismo y el neo-medievalismo. El tecnofeudalismo plantea que las grandes corporaciones tecnológicas están reemplazando a los reyes y señores feudales, mientras que el neo-medievalismo describe una época de sociedades fragmentadas, economías desequilibradas y amenazas omnipresentes.
Escapismo, Fantasía y Feudalismo en la Cultura Popular
El auge del castlecore coincide con el creciente interés en el género “romantasy” (romance y fantasía). Las ventas de libros de ciencia ficción y fantasía han aumentado significativamente, presentando mundos con castillos, armaduras, reyes y reinas. El éxito de series como Game of Thrones y House of the Dragon ha contribuido a incorporar esta estética en la cultura popular. Esta tendencia también coincide con una paradoja: vivimos bajo la influencia de figuras que recuerdan a la realeza, como el expresidente Donald Trump, que se autodenominaba rey en redes sociales, o la gestión de Jeff Bezos en Amazon, que se asemeja más al tecnofeudalismo que al capitalismo.
En conclusión, el castlecore es más que una simple tendencia de moda. Refleja una búsqueda de refugio y estabilidad en un mundo cada vez más caótico e impredecible. Ya sea que estemos usando accesorios de cota de malla o sumergiéndonos en novelas de “romantasy”, la estética siempre está entrelazada con la política. En un mundo que se asemeja cada vez más a la Edad Media, tal vez no sea sorprendente que nos estemos vistiendo para la ocasión. Esta nostalgia por un pasado idealizado podría ser un intento de dar sentido al presente y prepararnos para un futuro incierto, donde las líneas entre la tecnología y la tradición se desdibujan constantemente.