Ramp, la startup fintech de $13 mil millones, busca revolucionar el gasto del gobierno de EE.UU.: ¿Cómo podría afectar tu bolsillo?

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La startup Ramp, especializada en la gestión de gastos corporativos, está en la mira del gobierno de los Estados Unidos. La Administración de Servicios Generales (GSA) está considerando a Ramp para un programa piloto de tarjetas de crédito, un proyecto que podría transformar la forma en que el gobierno gestiona sus vastos gastos. Este movimiento estratégico ocurre mientras Ramp continúa su ascenso meteórico en el mundo fintech, respaldado por una reciente valoración que casi duplica su valor, alcanzando la impresionante cifra de $13 mil millones. Este artículo explorará en profundidad las implicaciones de esta posible colaboración, analizando desde el potencial impacto en la eficiencia del gasto público hasta las conexiones políticas que rodean a Ramp.

Ramp y la Oportunidad SmartPay del Gobierno Estadounidense

El programa interno de tarjetas de crédito del gobierno, conocido como SmartPay, representa un presupuesto colosal de $700 mil millones. El programa piloto en el que Ramp podría participar se estima en hasta $25 millones, según informes. Esta iniciativa no solo representa una oportunidad financiera significativa para Ramp, sino que también validaría su tecnología y enfoque en la optimización del gasto. La GSA busca modernizar sus procesos y la experiencia de Ramp en la gestión de gastos podría ser un activo valioso.

El Lobby de Ramp y sus Conexiones Políticas

Informes sugieren que Ramp ha estado buscando la atención del gobierno desde antes de que el Presidente Trump dejara el cargo. De hecho, el cofundador y CEO de Ramp, Eric Glyman, junto con el inversor de Ramp, Kyle Harrison, publicaron un artículo titulado “La Fórmula de la Eficiencia” donde detallaban cómo el gobierno podría eliminar el gasto ineficiente. Es notable que Ramp cuenta con el respaldo de inversores con fuertes lazos políticos, incluyendo el Founders Fund de Peter Thiel, Keith Rabois de Khosla Ventures, y Thrive Capital, fundada por Joshua Kushner. Incluso, Joe Lonsdale, de 8VC y aliado de Trump, y Jeb Bush, hermano del expresidente George W. Bush, figuran entre sus inversores.

La Propuesta de Valor de Ramp: Ahorro y Eficiencia

Según Lindsay McKinley, jefa de comunicaciones de Ramp, la empresa está compitiendo en un proceso de adquisición estándar para un programa piloto de SmartPay basándose en la solidez de su solución. Ramp se posiciona como una opción para ahorrar dinero a las corporaciones, ofreciendo características de gestión de gastos similares a otras plataformas, como el establecimiento de parámetros para identificar gastos que no se ajustan a las políticas. La tecnología de Ramp ha evitado miles de millones de dólares en gastos innecesarios en toda la economía, y la empresa cree que puede lograr los mismos resultados para los contribuyentes estadounidenses.

El Interés de Ramp Despertado por un Tweet de DOGE

McKinley reveló que Ramp descubrió una publicación en X (anteriormente Twitter) compartida por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que indicaba que el gobierno de EE. UU. tiene aproximadamente 4.6 millones de tarjetas de crédito/cuentas activas, que procesaron aproximadamente 90 millones de transacciones únicas por un valor de $40 mil millones en el año fiscal 2024. Este dato despertó el interés de Ramp, y poco después, un antiguo cliente introdujo a Ramp a la GSA. Desde entonces, Ramp ha demostrado su producto y ahora participa en un proceso estándar de solicitud de información (RFI).

Conclusión

La posible colaboración entre Ramp y el gobierno estadounidense a través del programa SmartPay representa una interesante intersección entre la innovación fintech y la administración pública. La capacidad de Ramp para gestionar y optimizar el gasto corporativo, respaldada por una tecnología avanzada y una sólida base de inversores, podría traducirse en ahorros significativos para los contribuyentes estadounidenses. Si bien la participación de Ramp en el proceso de adquisición aún no garantiza su selección, su enfoque en la eficiencia y su conexión con figuras clave en el mundo empresarial y político la colocan en una posición ventajosa. El resultado de esta iniciativa piloto podría marcar un antes y un después en la forma en que el gobierno gestiona sus recursos, estableciendo un nuevo estándar de transparencia y responsabilidad fiscal. El tiempo dirá si Ramp logra convertir esta oportunidad en una realidad, pero su ambición y potencial son innegables.

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