El festival SXSW (South by Southwest) siempre ha sido un escaparate para la innovación y la creatividad, especialmente en el ámbito de las experiencias inmersivas. En su edición anual de XR Experience, se presentan instalaciones interactivas que fusionan lo experimental con lo emocional. En este contexto, la instalación de realidad virtual (RV) Traces: The Grief Processor destaca como una propuesta singular. Creada por Vali Fugulin y Couzin Films, Traces no busca el espectáculo grandilocuente, sino la introspección y la conexión humana a través del procesamiento del duelo.
Traces: Un viaje íntimo a través del duelo en la realidad virtual
A diferencia de muchas otras propuestas en el XR Experience, Traces opta por la sutileza y la profundidad. Es una experiencia multiusuario de RV diseñada para cuatro participantes, quienes ingresan a un espacio virtual que ha sido moldeado por las experiencias de quienes los precedieron. La instalación crea un ambiente en el que la vulnerabilidad y la empatía se convierten en los pilares fundamentales para explorar las complejidades del duelo.
Procesando el dolor a través de la interacción
Traces no pretende ser una sustitución de la terapia tradicional, sino más bien un complemento, una herramienta para explorar y procesar el duelo de una manera única y, sorprendentemente, lúdica. La experiencia comienza con una elección profundamente personal: compartir una fotografía que evoque sentimientos de duelo, ya sea la imagen de un ser querido, un momento perdido o cualquier otra cosa significativa. Junto con la fotografía, se solicita ingresar una frase breve, algo que uno se diría a sí mismo para aliviar ese sentimiento. Estos elementos se integran de forma permanente en Traces, creando capas de experiencia con los ecos de usuarios anteriores.
El duelo más allá de la muerte
Vali Fugulin explica que Traces no se centra en duelos recientes, e incluso desaconseja el uso de fotografías de personas que han fallecido recientemente. El objetivo es explorar el duelo en un sentido más amplio, como la pérdida de oportunidades, el paso del tiempo o los cambios inevitables en la vida. Los asistentes al festival, incluso aquellos que no han experimentado una pérdida significativa recientemente, se han sentido conmovidos por la experiencia, compartiendo fotografías de momentos pasados, lugares que ya no existen o versiones anteriores de sí mismos. La instalación, por tanto, nos recuerda que el duelo no se limita a la muerte, sino que abarca todas las formas de pérdida y cambio.
Una experiencia inmersiva y conmovedora
La experiencia de Traces es guiada por Vali Fugulin y Stéphane Crête, actor y ritualista quebequense. Juntos, crean una experiencia de RV con un estilo documental, que resulta a la vez íntima e inmersiva, una combinación poco común en el contexto del SXSW. Sin revelar demasiado sobre el desarrollo de la experiencia, Traces invita a los participantes a un viaje personal, reflexivo e inesperadamente conmovedor. La instalación no sólo ofrece una forma de procesar el duelo, sino que también brinda la oportunidad de aprender algo nuevo sobre uno mismo y sobre la condición humana.
Conclusión
Traces: The Grief Processor representa una innovadora propuesta dentro del panorama de la realidad virtual y las experiencias inmersivas. Al alejarse del mero espectáculo y enfocarse en la introspección y la conexión humana, la instalación ofrece una herramienta valiosa para explorar y procesar el duelo de una manera única y conmovedora. La combinación de la tecnología de la RV con la sensibilidad artística de Vali Fugulin y Stéphane Crête da como resultado una experiencia que trasciende el entretenimiento y se convierte en un espacio para la reflexión, la empatía y el crecimiento personal. Traces nos recuerda que el duelo es una parte inevitable de la vida, pero que también puede ser una oportunidad para conectar con nosotros mismos y con los demás.